Friday, February 19, 2010

Los enamorados de la calle 23.

Cae la noche en la calle 23, las puertas y ventanas se cierran dando paso a un silencio sepulcral; las luces comienzan ha encenderse, a medida que la neblina va cayendo, la húmeda, el frio que quiebra, y los residuos de la nieve que cayó ayer se hacen cómplices del misterio de la misma. Sólo escucho mis pasos.

Me digo a mis adentros, “que frio Dios Mío!”; realmente es una mezcla de miedo y frio a la vez por la soledad que hay en esta calle, no se ve un alma, pero al final y al cabo no me permite avanzar como quisiera, apresuro el paso lo mas que pueda, y de pronto, así como si nada apareces tu, allí estabas frente a mí envuelto en uno y mil atuendos, mirándome fijamente sin saber que decir.

Freno como caballo desbocado que encuentra un precipicio. Sorprendida al verte lo único que atino hacer es abrazarte.

El: “por que tiemblas";
Ella: “tengo frio"’

Me abrazas tan fuerte que tu cuerpo y el mío se hace uno solo, me tomas la cara, me das un beso suave, tierno. Allí estábamos tú y yo, solos entre la bruma de la noche en aquella calle. Te siento tan cerca, que a pesar de todos los abrigos puedo sentir lo rico que huele tu piel, no me quiero separar de ti.

Ella dice: “No me sueltes”;

Me sigues abrazando fuerte, muy fuerte, que segura me siento al lado tuyo.

El: "A dónde vas?";
Ella: Hacia tus brazos;
El: " pero ya estás en mis brazos”;
Ella: “no como quisiera."

Miramos a nuestro alrededor nos damos cuenta que aun estamos solos en esta calle, el frio pega duro, cada vez más fuerte y se inicia un dialogo:

El: "me acompañas?";
Ella: "a dónde?";
El: "a mi espacio";
Ella: “estás listo para darme cabida en tu espacio"?;
El:" " Si, ya eres bienvenida a mi mundo'.
Ella: "Te acompaño, entonces".

Llegamos a tu casa, enciendes la chimenea, me siento frente a ella mientras, tú abres una botella de vino. Sentados, me miras y me dices: Por que caminas sola por las noche?; esta calle es muy tenebrosa, además hace un frio del carajo, se han escuchado tantas cosas.

Todo lo que estás diciendo lo escucho a lo lejos, no te dejo terminar la ultima palabra, cuando te interrumpo con un beso, fuerte y apasionado, quiero sentir tu boca en la mía, quiero sentir tus manos en mi piel, me abrazas tan fuerte que creo que me vas a partir en dos, lo único que atinas a decir es:
El: "Tenia tantos deseos de sentirte, que tu cuerpo se fundiera con el mío, que tu piel solo oliera a mí, al fin eres mía";

Ella: " al fin seré tuya"

Nos envolvimos en total pasión no se por cuantas horas, hasta el cansancio.

Allí frente a la chimenea, yacen nuestros cuerpos cansados de tanto amar, vencido de placer hacemos un pacto con Morfeo hasta la mañana siguiente.

El Sol entra por la ventana, entre la luz del mismo y el bullicio de la calle 23 medio aturdidos, nos miramos, nos besemos, y nos amamos nuevamente con la misma pasión de la noche anterior.

Luego de un rato, ya listos, salimos agarrados de la mano, me miras y me dices:

El: “Brillas como un Sol de primavera, ni el frio que hace hoy opaca el calor que emanas, estas preciosa, hoy me gustas más que ayer";

Ella:"eres tu el culpable de que hoy sea diferente, que mi vida no sea más como la calle donde me encontraste anoche, hoy soy tuya y eso hace mas especial este día de invierno. Tus brazos son mi cobija y tu cuerpo mi sendero” .

La calle 23 sigue su rutina diaria, gente de aquí para allá, de allá para acá.

Va cayendo la noche nueva vez, hay menos nieve que ayer, pero el frio, la neblina y la bruma se van apoderando de cada rincón, las ventanas y las puertas se cierran; la única gran diferencia que hay es, al final de la misma en la casa #28, una pareja de enamorados inician nuevamente el rito del amor olvidándose de todo lo que afuera pueda pasar.

La soledad ya no existe en ese espacio, el amor, la ternura, la pasión han logrado derretir el frio de dos corazones que se negaban a amar, que se negaban la felicidad.

La calle 23 sigue su rutina pero el amor brota al final en la casa #28.
Foto Invitada: Freddy Perez. Un buen amigo dominicano, fotografo que reside en la Isla del Encoanto y que nos encata con sus Macros y hermosos Atardeceres de Morovis.(Gracias por dejarme usar esta imagen en este escrito.)